Ya platicamos hace algunas semanas de la importancia del onboarding, pero es cierto que siempre puede existir nerviosismo e incertidumbre al iniciar en un nuevo trabajo. ¿Cómo establecerte rápido y de manera exitosa en esta nueva posición?
El año pasado, debido a la pandemia, comenzó el fenómeno de La Gran Renuncia (en inglés The Great Resignation). Este suceso (del cual puedes saber más aquí) se trató de una dimisión en masa en distintos países, porque quienes lo hicieron, buscaron mejores condiciones de trabajo o actividades que les gustaran más que su labor en ese momento.
Aunque el fenómeno sigue vigente y, hoy en día, expertos señalan que, solo en Estados Unidos, el 44 por ciento de la gente económicamente activa va en busca de la optimización laboral. En México, se calcula que únicamente en el 2021, más de medio millón de personas renunciaron a sus empleos cada mes, lo que nos indica que muchas de ellas se integrarán pronto a un nuevo trabajo. Si estás en ese caso, esta entrada podrá servirte.
Primero, ¡respira profundo!
Sin importar en cuántas empresas hayamos laborado, llegar a otro empleo nos causa un poco (o mucho) de nerviosismo. Es algo similar a los primeros días en una nueva escuela, cuando creíamos que los demás estaban integrados y deseábamos adaptarnos rápido. Lo que tienen en común ambos momentos es que hay incertidumbre y, específicamente, en el ambiente laboral, muchas veces tomamos decisiones que no nos son útiles, como mantenernos en silencio para no errar, lo que puede resultar contraproducente.
Si te has sentido así, no eres el único. Cada sitio va creando su propia cultura y, aunque el onboarding busque hacer más suave el ingreso, la gente, el entorno y las responsabilidades son elementos que se van descubriendo conforme pasan las semanas. Es normal sentir nerviosismo, y aunque suene trillado, ser tú mismo es lo mejor.
Aprovecha los nuevos tiempos
Principalmente, cuando cambias un trabajo por una nueva organización con un ambiente más autogestivo (como las startups), quizá debas modificar tu visión de cómo responder si estabas acostumbrado a un sistema muy horizontal. Aquí tienes algunos tips que recomienda la coach Melody Wilding:
- Identifica qué te motiva. Aun cuando muchas de tus motivaciones sean positivas, puede ser que algunas te estén saboteando. Si descubres un “debería ser”, “tengo que” y similares en tu reflexión, evalúa si esto refleja miedos y considera si realmente es así.
- Establece límites. Hoy más que nunca, el tener habilidades como la autogestión y la inteligencia emocional se considera esencial. Y establecer límites es una forma de demostrar que sabes priorizar y comunicar, ¡no temas hacerlo!
- Expón tus preferencias. Piensa en el tiempo que trabajas mejor, en qué momentos necesitas estar concentrado, las pausas y qué conocimientos serían ideales para tu posición. No dudes en hablarlo con tu líder, será muy útil para él.
- Aplica tu energía estratégicamente. Es vital que en tus primeras semanas establezcas una reputación adecuada, pero hazlo de manera estratégica. Enfoca tus esfuerzos a las expectativas de los objetivos y también aprovecha para preguntar todo lo que requieras: además de ayudarte en tu trabajo, contribuye a tener relaciones al hacer sentir valorados a los demás.
- Crea nuevos hábitos. Un nuevo empleo es la oportunidad de reiniciarte y deshacerte de las malas costumbres que pudiste haber tenido. No sientas miedo de replantearte para mejorar.
Iniciar… online
Con la pandemia también llegaron otras modalidades de trabajo, y la realidad es que un gran porcentaje de los empleos en la actualidad brindan oportunidades híbridas o totalmente remotas. Esto abre un nuevo camino a las interacciones en la oficina, que comúnmente se dan con colegas en hechos tan simples como encontrarse en los pasillos.
Dentro del mundo en línea, las cosas son ligeramente diferentes. Si es tu caso, estas tres actividades pueden ayudarte mucho:
- Mantente muy cercano a tu jefe. Asegúrate de que, ya sea en las juntas o a través del software colaborativo que utilicen (como Slack), te presente tanto a tu equipo como a otros miembros de la empresa. En las primeras reuniones, incluso puedes conversar brevemente al inicio para que tu cara comience a ser familiar a los demás.
- Pide ayuda. Una de las cuestiones del trabajo en línea es la nula interacción física, lo que limita que podamos percatarnos del lenguaje corporal de los demás y percibir mensajes equivocados. Por ello, si necesitas ayuda los días iniciales, no dudes en pedirla, seguramente te la brindarán.
- Lleva un diario. Recuerda que en la dinámica laboral en línea, no podemos solo levantarnos de nuestro lugar a preguntar, sino que hoy, el proceso tiene que ser a través de un mensaje, correo o posteo que quizá se pierda fácilmente. Lleva un diario o bitácora de los retos a los que te has enfrentado y cómo se han resuelto o lo que falta por hacer, con ello tendrás un mejor control en la siguiente junta o reunión.
Además de esto, sin importar si estás trabajando en una oficina o en la sala de tu casa, asegúrate de entender qué objetivos y resultados se esperan de tu empleo, aparte de conocer el organigrama de la empresa para identificar a las personas clave con las que tendrás que colaborar para llevar tu día a día a buen puerto.
Si te encuentras en este proceso, recuerda que no solo estás en tu nueva posición por tu talento y experiencia, sino también porque tus superiores consideran que harás clic con el equipo y la compañía en general. Espero que estas recomendaciones te sean útiles, y no olvides dejarme tus comentarios. ¡Hasta el siguiente post!
Imagen: pexels.com/Gustavo Fring
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