Vivimos en la era de la economía del conocimiento, nombre que se le da a las actividades productivas en las que el aporte de los saberes es central; es decir, donde el capital se conforma en buena parte por la información especializada que poseemos.
¿Dónde hemos visto esto? Cotidianamente en el campo de la educación, en el de la investigación y en el sector STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). Hoy en día, para muchas empresas, sus valores más importantes son totalmente intangibles, como es el caso de las patentes, derechos de autor y programas informáticos.
Un área de oportunidad para las mujeres
Hoy más que nunca, la información y el conocimiento son activos fundamentales. Específicamente para las mujeres, la economía del conocimiento brinda una excelente oportunidad para que ellas puedan desarrollarse en términos profesionales, obtener mejores puestos de trabajo y, desde luego, mayores sueldos.
Aunque todavía hay que vencer algunas barreras sociales y culturales, que impiden explotar por completo los talentos y habilidades que las mujeres pueden aportar, el panorama se torna positivo. En ese sentido, las condiciones son bastante favorables, sobre todo si tomamos en cuenta que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y empleo (ENOE), el sexo femenino representa el 57 por ciento de las personas que egresan de licenciatura.
Ámbitos con gran potencial
La tecnología es una de las bases del crecimiento de la economía del conocimiento, ya que con el desarrollo de internet se ha mejorado el mundo de las comunicaciones y ampliado la cadena de suministro.
Además de las áreas tecnológicas, las mujeres pueden explotar sus saberes en conjunto en ámbitos como la enseñanza y la comunicación, donde el conocimiento tiene un gran peso. Existen varios sectores donde se puede aprovechar de la aportación femenina:
Negocios digitales
En México, el 15 por ciento de los emprendimientos digitales están dirigidos por mujeres, lo que nos muestra que es un rubro que puede ofrecer varias oportunidades. Una de las claves es el estímulo a la inclusión de mujeres en carreras STEM, ya que hoy en día sólo una de cada diez mujeres estudia algo relacionado con esa rama.
Creación de software y apps
Los programas digitales y las apps son campos del mercado laboral muy atractivos. Un gran ejemplo del poder femenino en este sector es Canva, cuya creadora, Melanie Perkins, se dio a la tarea de concebir un programa de diseño más amigable para toda persona que requiera generar audiovisuales sin contar con una formación específica para ello. Hoy su empresa vale más de 20 mil millones de dólares y ha revolucionado el sector.
Consultoras, mentoras y coaches
Los nuevos modelos de trabajo evolucionan y estas tres modalidades pueden ser una opción para continuar progresando en sus carreras profesionales a partir de su conocimiento y experiencia. Un ejemplo claro: 76 por ciento de quienes ejercen el coaching son mujeres. Además de indispensables, estos rubros brindan una gran satisfacción personal.
El futuro está en la tecnología
El futuro profesional se encuentra en la tecnología y la ciencia. Las profesiones más demandadas en algunos años serán: analista de big data, especialistas en transformación digital, ciberseguridad, biotecnología, ingeniero de fintech, entre otras. Este panorama nos da la certeza de que es necesario incentivar a las jóvenes a interesarse por estudiar en las áreas STEM.
Pero no sólo los jóvenes deben ponerse al día, también los adultos con experiencia debemos invertir en la formación continua para seguir participando en esta economía del conocimiento. De acuerdo con tu perfil profesional, existen diversas opciones, como cursos o bootcamps, que son formaciones intensivas de programación enfocadas en fomentar la empleabilidad.
¿Qué opinas de la oportunidad laboral que ofrece la economía del conocimiento para las mujeres? Me gustaría conocer tu opinión, así que te leo en los comentarios. ¡Hasta el siguiente post!
Imagen: pixabay.com/ArtTower
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