Las múltiples tareas que es posible tener día a día en el trabajo pueden hacer que no “escuchemos” con atención a los demás. Para ello, la escucha activa es una herramienta útil para comprender y generar confianza con la gente. Aquí te explico cómo funciona y por qué es importante.
Qué es la escucha activa
La escucha activa es una gran habilidad que todo líder debe tener en el trabajo. Este concepto va más allá de solo una función fisiológica: es una estrategia de comunicación que implica poner verdadera atención a lo que dice nuestro interlocutor para ir analizando la información que vamos recibiendo.
Y quizá te preguntes: ¿qué no lo hacemos todo el tiempo? La realidad es que, a diario, escuchamos un promedio de 30 mil palabras y únicamente recordamos entre el 17 y el 25 por ciento de ellas, por lo que se nos puede escapar información esencial, principalmente, en el ambiente laboral, lo que es probable que nos lleve a cometer grandes errores. Ante este panorama, la escucha activa se vuelve una cualidad de alto valor porque nos ayudará a recordar más y a obtener una mayor cantidad de datos para conseguir mejores resultados.
¿Cómo lograr la escucha activa?
La escucha activa es una práctica del aquí y el ahora, así que, a veces, puede ser un poco complicada, pues, generalmente, nos cuesta trabajo estar atentos; pero cuando la practiques de manera constante, será más sencillo aplicarla y verás sus beneficios. Te sugiero seguir estos consejos para llevarla a cabo:
- Pon atención
Es la diferencia entre la simple escucha y la escucha activa, así que céntrate en lo que la otra persona dice. En ocasiones, el ambiente no ayuda a este proceso; por este motivo, intenta que siempre estén en lugares tranquilos o menos ruidosos donde puedan conversar. Como parte de este ejercicio de atención, debemos procurar no interrumpir hasta que el otro haya expuesto todo lo que quiere expresar.
Repetir algunas de sus ideas ayudará a no perder el hilo de la conversación y también es funcional para que el interlocutor sepa que tiene nuestra verdadera atención; cuida hacerlo de una forma natural.
- Ofrece señales no verbales de escucha
Una de las más esenciales es el contacto visual, ya que resulta incómodo charlar con alguien que no te ve a la cara. Pon una postura de atención y asiente varias veces durante la conversación. Si por alguna razón requieres hacer acciones como buscar información en la computadora sobre el tema, hazle saber a tu interlocutor que es necesario tener tu equipo a la mano, pero que estás prestando atención a lo que dice.
- Atiende al lenguaje no verbal
La escucha activa no solo se basa en poner atención a las palabras, sino además implica estar atentos a las señales corporales, pues el 65 por ciento de la comunicación de las personas es no verbal. Por ello, toma en cuenta la expresión facial, el tono de la voz y los movimientos que son gestos que apoyan o complementan el mensaje que el otro nos quiere dar.
- Expresa cualquier duda
Cuestionar no nada más nos ayuda a clarificar la información o a resolver nuestras dudas; también sirve para confirmarle a la otra persona que estamos ahí y que lo escuchamos. Procura que sean preguntas abiertas y no se limiten a un sí o no como respuesta.
- La empatía ante todo
Generalmente, cuando escuchamos, estamos concentrados en cómo rebatir el mensaje, lo que nos puede provocar un sesgo de la información. Lo ideal es que mantengas una postura neutral y sin juzgar para que tengas datos que te ayuden a comprender su punto de vista. Recuerda que la empatía vale mucho para la creación de una atmósfera de confianza que nos permite expresarnos con mayor claridad sin tener el sentimiento de pena, preocupación o culpa.
- Haz un resumen
Para finalizar la plática, trata de hacer un resumen de lo que se habló y así aclarar aspectos que hayan quedado inconclusos. Este ejercicio te ayudará a dar respuestas más certeras y funcionales.
Por qué es importante la escucha activa
Como verás, la escucha activa es muy útil para crear un entorno de confianza en el trabajo porque genera una comunicación constante entre los involucrados y, de este modo, es posible conocer sus gustos e inconformidades. Esta herramienta también nos ayuda a prevenir problemas o anticiparse a ellos y así tener el tiempo suficiente para considerar una solución.
Además, contribuye a tener una óptima atención a socios y clientes; con esta acción podemos obtener información funcional para conocerlos bien y proponer productos y/o servicios que los mantengan satisfechos.
Recuerda que la escucha activa es una habilidad de alto valor para los líderes, ya que al poner real atención al interlocutor, obtendrán los datos que les darán la posibilidad de mejorar la inteligencia emocional, la asertividad y el aprendizaje.
¿Qué opinas de la escucha activa? ¿Qué otros beneficios consideras que puede generar? Me gustaría conocer tu opinión y leerla en los comentarios. ¡Hasta el siguiente post!
Imagen: pexels.com/Alexander Suhorucov
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