Alguna vez te has cuestionado: ¿emprender es para mí? Si has temido dar este gran paso, esta entrada te dará un panorama más certero de qué debes saber antes de iniciar para reducir los riesgos.
¿Qué hay del emprendimiento mundial?
En el mundo, el emprendedurismo es crucial por su aporte al desarrollo de los países. Estados Unidos, Canadá y Suiza son las naciones donde los emprendedores tienen mayores posibilidades de éxito, conforme al Índice Global de Emprendedurismo. A nivel Latinoamérica, tres países son los que resaltan dentro de la lista como los mejores para iniciar un negocio: Chile, Colombia y México.
En nuestro territorio, el Inegi reportó que a raíz de la crisis económica por la COVID-19, un millón 10 mil pequeñas y medianas empresas (Pymes) bajaron sus cortinas en el 2020 (sin olvidar que, también, otras nos dejaron buenas lecciones de cómo sortean esta crisis). Sin embargo, a pesar de los riesgos, nacieron 619 mil 443 establecimientos nuevos de distintos sectores y tamaños.
La realidad es que en México, el 65 por ciento de las Pymes tienen un promedio de vida de cinco años, y entre las principales razones está que no cuentan con un proyecto viable. Según reportó la OCDE en el informe Pymes y emprendedurismo 2019, la mayor parte de los fracasos dentro del emprendimiento es la falta de profesionalización. Si estás pensando en abrir un negocio y quieres reducir los riesgos, existe una serie de recomendaciones comerciales y legales a seguir. ¿Listo para hacer tu checklist?
Los pasos básicos para emprender
– Prepara tu plan de negocio. Esta parte es fundamental. Un plan de negocio te ayudará a darte cuenta de tus necesidades, tus costos, tu competencia y si realmente tienes un mercado donde quieres emprender. Entre más a detalle lo hagas, podrás conocer tus requerimientos financieros, la realidad de tu público meta y saber cómo mejorar tu producto para que resaltes frente a tus competidores.
– Analiza si necesitas un crédito o si te capitalizas con inversionistas. Contesta estas preguntas: ¿Cuánto dinero necesito? O, si no tengo suficiente capital ahorrado, ¿cómo puedo conseguir el resto? Y, si esto sale mal, ¿cuánto puedo llegar a perder como máximo? Con esta información, podrás saber si es posible recurrir a socios o si necesitas un préstamo bancario para planear una estructura de crédito que te beneficie.
– Suministros y empleados. En tu estructura de costos (dentro del plan de negocios), debes considerar el pago de servicios, como agua, luz, internet, mobiliario y, sobre todo, personal capacitado para tus necesidades. En este último punto, recuerda que México es el sexto país con el índice de rotación laboral más alto, ocupando el sexto lugar detrás de India, Malasia, China, Brasil y Chile, de acuerdo con la consultora Idealis. Por ello, es importante que inviertas tu tiempo en contratar a la mejor plantilla posible.
– Periodo de rentabilidad. Según Eladio Frías, asesor de REPSAP Internacional, la gran mayoría de empresas no son rentables el primer año de operación, alcanzan su punto de equilibrio el segundo año y comienzan a ser rentables a partir del tercer año. Tenlo en cuenta para que hagas una buena planeación financiera y no desistas por si te encuentras con dificultades en el camino.
– Constitución de la empresa. La gestión de este trámite puede generar un gasto importante de dinero y tiempo, que deberás tener en cuenta en la previsión de tesorería de la primera etapa del negocio y en el calendario de puesta en marcha.
Formaliza tu negocio en cuatro pasos
La falta de formalidad de las nuevas Pymes representa grandes complicaciones operativas y legales. Según la firma legal Carbajal Bermúdez, no tener una empresa constituida puede hacer que pierdas oportunidades de crecimiento (como lo es la exportación de productos), que son clave para que tu emprendimiento amplíe su vida útil.
De acuerdo con los especialistas, la mayoría de los emprendedores dejan de lado las formalidades legales porque desconocen los procesos necesarios para constituir el negocio y no dimensionan las consecuencias de los problemas causados por su informalidad.
Los cuatro pasos que te ayudarán a formalizarlo son los siguientes:
1) Definir la estructura jurídica de tu empresa que convenga más a tu tipo de emprendimiento y darla de alta con un nombre comercial ante la Secretaría de Economía.
2) Registrarla ante el Registro Público de la Propiedad por un notario público o un corredor, ya sea vía presencial o de manera electrónica.
3) Dar de alta la empresa ante el Sistema de Administración Tributaria (SAT) por medio del representante legal, al tiempo de contar con una planificación fiscal y de cumplimiento normativo previo.
4) Con ello, la empresa estará inscrita en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) para poder facturar, abrir cuentas de banco, importar, exportar y otras cosas necesarias conforme la empresa crezca.
Respira, planea y ¡emprende!
Teniendo todo listo, toma la decisión e inicia tu negocio. Las Pymes son la potencia económica de México, ya que generan siete de cada 10 empleos en el país y contribuyen a cerca del 52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Analiza y planea adecuadamente para que aportes diferenciadores de tu competencia y tu empresa se mantenga en crecimiento por mucho tiempo.
Imágenes: canva.com y pexels.com
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