Aunque aún hay trabajo por hacer, cada día se logran avances importantes para la equidad en la alta dirección y los consejos administrativos. Muchos coinciden en que las mujeres, al llegar por méritos propios, brindan mucho valor a las organizaciones.
A pesar de los alicientes, la participación de las mujeres en los consejos de administración de las empresas públicas en México sigue siendo muy inferior a la masculina: entre 2018 y 2020, su presencia logró aumentar de 5.2 a 8.7 por ciento, según el estudio Women on Boards de 2020. Este número es el nivel más bajo de los países que pertenecen a la OCDE, donde se encuentra Estados Unidos con poco más del 22 por ciento, y Europa, el cual, en promedio, registra casi un 26 por ciento.
Mujeres mexicanas, pilares de la economía
Con todo, las mujeres tienen una participación fundamental en el ámbito empresarial en México. Datos del INEGI refieren que ellas son propietarias de un tercio (36.6 por ciento) de los establecimientos micro, pequeños y medianos de manufacturas, comercio y servicios privados no financieros (MIPyMES). Este tipo de firmas representan más del 90 por ciento del ecosistema de negocios del país.
Incluso las mujeres dueñas de negocios son un impulso para otras, pues son elegidas siempre por sobre el género masculino para trabajar (en proporción de dos mujeres remuneradas por cada hombre) y de ellas, el 86.1 por ciento de su personal permanece empleado durante todo el año.
La tasa de participación económica de las mujeres aumentó de 33.5 a 49.1 por ciento entre 2010 y 2020.
Ellas crecen en estudios…
En el país, existen 23.7 millones de mexicanas entre los 25 y 50 años; de esa cantidad, solo 18.6 por ciento cuenta con educación superior, es decir, 5.6 millones de mujeres.
Sin embargo, al rebasar los estudios universitarios, las mujeres se preparan más que los hombres: de los inscritos a un posgrado en México durante el 2020, 141 fueron mujeres, lo que representa el 55 por ciento de la matrícula total del año, según datos de la ANUIES.
El principal segmento de edad en el que se encuentran las mujeres estudiantes de posgrado es de 25 a 29 años (38.6 por ciento). Los principales estados donde cursan este nivel son Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Nuevo León y Jalisco.
… pero no en sueldo.
Como mujer, la preparación —desafortunadamente— no significa un salario digno. Cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) arrojan que el mal llamado ‘sexo débil’ percibe, en promedio, hasta 19 por ciento menos que sus pares hombres por el mismo trabajo.
En el reporte Global Gender Gap 2020, se resalta que México cerró casi por completo sus brechas tanto en logros educativos, como en salud y supervivencia; sin embargo, económicamente, las mujeres siguen estando en desventaja.
Según este reporte, México cerró solo 57.4 por ciento de su brecha de Participación Económica y Oportunidades. Las diferencias significativas en los salarios, así como en los ingresos muestran cómo las mujeres son menos valoradas que los hombres en el lugar de trabajo. Al mismo tiempo, las mujeres luchan por alcanzar puestos de responsabilidad y, en primer lugar, no son muy activas en el mercado laboral.
A pesar de que hay más mujeres económicamente activas conforme tienen un mayor nivel de escolaridad, tres de cada 10 permanecen fuera del mercado laboral. Algunas de ellas incluso se dedican únicamente a tareas del hogar, sin tener independencia económica.
Además de la brecha salarial, existen otros obstáculos casi invisibles al interior de las organizaciones para crecer como mujer profesionista. Estas reglas no escritas son conocidas como el famoso techo de cristal.
Esto hace que las mujeres sean menos preferidas a la hora de un ascenso, un aumento o una promoción, principalmente por la persistencia de prejuicios y estigmas, como el hecho de que sucesos como el ser madres dificultan mantener su liderazgo con sus equipos.
Instituciones han trabajado al respecto, como la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Esta entidad ha registrado algunas medidas adoptadas por las empresas para empoderar a las mujeres e impulsar la igualdad de género, como establecer metas de diversidad para aumentar su representación en los niveles directivos, desarrollando el talento femenino en todos los puestos de decisión, así como asumir la representación paritaria —mitad y mitad— de las mujeres en sus juntas directivas.
¿Cómo trabajas en tu empresa con respecto a la equidad laboral? ¿Tienes algún programa de mentoring para desarrollar tu talento? Te invito a dejar tu opinión y comentarios abajo.
Imágenes: pexels.com
1 Comment
Sergio
11 marzo, 2021 at 7:33 pmSumamente interesante, fundamentado – al menos para mí- en algunos temas como el ¨techo de cristal¨.