Algo que nos ocasiona incomodidad es hablar del fracaso. Una situación que no queremos que ocurra y, sin embargo, nos permite aprender e impulsarnos a nuevos retos. Si aún te da miedo exponer un fracaso, tanto personal como con tu equipo, esta entrada te ayudará a cambiar tu percepción.
Todos hemos tenido una entrevista de trabajo. Y nos han hecho una pregunta que, inevitablemente, a muchos pone en aprietos: “¿cuáles han sido tus fracasos?”.
Y es que no es fácil aceptarlos. Sin embargo, no conozco a nadie sin ellos. El camino profesional tiene rechazos y oportunidades perdidas, que en sí mismas, nos invitan a crecer. Los fracasos no terminarán con tu carrera: si los sabes usar a tu favor, te brindarán grandes aprendizajes que la reforzarán.
¿Por qué es bueno reconocer el fracaso?
Porque es inevitable. Aun cuando siempre estamos en una carrera hacia el éxito, el camino es sinuoso. Y precisamente, esos baches son los que nos permiten desarrollar otras habilidades, como la empatía con nuestros equipos, una de las cualidades más importantes que debe tener un líder.
Monster, sitio especializado en reclutamiento, señala tres puntos por los que fallar está bien:
- Sirve para redirigir, pues te muestra qué no debes hacer.
- Te permite reevaluar y regresar más fuerte, con mejor análisis.
- Sin importar qué tan grande haya sido la falla, siempre tendrás una nueva oportunidad para volverlo a intentar.
El fracaso sí es una opción
Muchas veces nos encontramos con la frase fallar no es una opción. Sin embargo, ese pensamiento, hoy en día, solo refleja la poca apertura al cambio. Fallar da paso a la innovación a partir del aprendizaje de los errores, por lo que tener políticas o reglas estrictas con respecto a evitarlo, genera un ambiente de ansiedad y miedo, lo cual conlleva que los equipos dejen de proponer nuevas soluciones por el riesgo a equivocarse, así como ambientes nocivos que pueden ocasionar la pérdida de talento.
Con esto, varios especialistas se refieren a que, ante el fracaso, reconozcas tus habilidades y no te empeñes en un camino que tal vez no te permite tomar mejores rutas. Esto no quiere decir que quites fácilmente el dedo del renglón, sino que, en palabras de un experto en liderazgo, se trata de aprender de la oportunidad perdida para avanzar hacia cosas mejores.
Si un camino no se abre y te quedas ahí por demasiado tiempo, en vez de dirigirte hacia donde puedas brillar con tus aptitudes, el costo de oportunidad que estás dejando de lado puede ser muy grande.
Prepárate para responder
Si estás buscando trabajo y quieres prepararte para esta pregunta, HAYS, firma especializada en reclutamiento, señala cinco tips que te pueden ayudar a dar una respuesta certera:
- Planifica un ejemplo. Hablar de una anécdota en la que viviste un fracaso durante la entrevista puede ser complicado. Por ello, lo recomendable es que la tengas lista y la analices previamente.
- Explica cómo sucedió. Recuerda la situación y asegúrate de señalar dónde estuvo el error, así como qué obstáculos impidieron lograr lo que querías. Identificarlo evitará que vuelva a suceder.
- No pongas excusas. Detecta lo que podías controlar y hazte responsable.
- Evita culpar a los demás. Quien siempre está culpando a otros de los errores, es una amenaza continua tanto para el equipo como para la dinámica laboral.
- No seas duro contigo y demuestra lo que aprendiste. Cuenta la historia objetivamente, describe lo que has aprendido y cómo has aplicado las enseñanzas en situaciones similares para obtener un resultado positivo.
Durante una entrevista, hablar de tus fracasos te hace más fuerte. Expón tu apertura a las ideas y la innovación, y demuestra que enfrentas tus miedos, eres resiliente y que sigues aprendiendo.
Bien dijo Churchill, que “el éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal. Es el coraje para continuar lo que cuenta”. Que no sea un freno en tu vida profesional, ¡acéptalo, aprende y avanza!
¿Cómo sobrellevas el fracaso? Recuerda dejarme tus comentarios. ¡Hasta el siguiente post!
Imagen: pexels.com/Christina Morillo
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