En los años más recientes, eventos como La Gran Renuncia o la misma pandemia por COVID-19 han llevado a replantear a muchas personas sus carreras profesionales, buscando darle un mejor sentido a su actividad laboral y, con ello, conceptos como el Ikigai han tomado fuerza. ¿Lo conoces? Te platico sobre ello.
En promedio, en una carrera profesional de 50 años, se pasan 92,100 horas laborando, lo que representa el 35 por ciento de las que estaremos despiertos en ese periodo. Estos números nos dan una idea de la importancia de disfrutar nuestro trabajo. A pesar de esto, parece ser que la mayor parte de la fuerza laboral mundial no lo hace: de acuerdo a un estudio de Gallup, solo el 15 por ciento de la población global está comprometida con su empresa y sus actividades dentro de ella.
El resultado de no disfrutar el trabajo conlleva una reducción de la productividad, estrés y problemas de salud como el conocido burnout. También la falta de gusto y compromiso en lo laboral trae consigo una mayor cantidad de mandos con poco o nulo liderazgo, además de otros problemas como la pérdida de talento.
Estos son solo algunos hechos que refieren la relevancia de elegir un empleo que nos motive y que, para nosotros, tenga un propósito más allá de recibir una paga. Porque si algo nos ha enseñado la COVID-19 es que la vida es corta para hacer algo que no nos apasiona.
Si quieres orientarte y encontrar esta pasión, la técnica del Ikigai te puede ayudar.
Un concepto del Japón para nuestra vida
Ikigai es un concepto japonés relacionado con hallar el punto de unión entre significado, valor, propósito y amor propio. El Ikigai, en aquel país oriental, se concentra en un tema más hacia el encuentro de uno mismo, se relaciona con tener una vida larga y feliz. Por otro lado, en Occidente, se aplica como un método para dar con nuestro camino profesional. Por ello, los expertos indican que el Ikigai puede ayudarte a mejorar y diseñar tu estilo laboral, crear conexiones sólidas, fomentar un balance adecuado entre lo laboral y tu vida personal, lograr tus metas profesionales y disfrutar de tu trabajo.
El Ikigai debe coincidir con cuatro elementos:
- Lo que amas.
- Las actividades en las que sobresales.
- Lo que te pueden pagar.
- Lo que necesita el mundo.
La mezcla de estos aspectos te dará un acercamiento a tu misión, tu vocación, tu pasión y tu profesión.
¿Cómo encontrarlo?
De acuerdo con muchos expertos, conocer nuestro Ikigai no es una secuencia, sino que podemos llegar a él desde cualquiera de sus ángulos o varios al mismo tiempo.
Cherrie Wilcox, coach de carrera especializada en cambios laborales, brinda estas recomendaciones para tener un acercamiento a cada elemento:
- Qué necesita el mundo. Según tu visión, ¿has encontrado algún problema en el mundo para cuya solución puedas contribuir?
- Con qué es factible hacer dinero. Aquí la sugerencia es que no contemples hobbies o actividades en lo cual sea casi imposible hacer carrera.
- Lo que amas. ¿En qué momentos de tu profesión has sentido que puedes realizar un proyecto durante horas sin sentirte agotado? Reflexiona en ello: ahí encontrarás una respuesta.
- Lo que te hace sobresalir. Pregúntale a 10 amigos cuáles son las habilidades que consideran que te destacan de los demás. Ellos tal vez observen algo que tú no has notado.
Tanto estos consejos como esta batería de preguntas te servirán para mapear los cuatro componentes del Ikigai, los cuales te ayudarán a saber qué tanto te acercas al centro o en qué cuadrantes necesitas trabajar.
Entre los beneficios que se pueden tener con la búsqueda del Ikigai está que, al hacer este ejercicio, la gente reduce su incertidumbre y se empodera al obtener certeza en su camino. Piensa esto no solo en lo personal, sino también en lo empresarial: si los integrantes de los equipos tienen claro cuál es su propósito en la compañía, podrán alinearse mejor con las estrategias y sus decisiones.
¿Conocías este concepto? Si sí, ¿ya lo pones en práctica? Espero que esta entrada te sirva para trabajar en ello y que, de hoy en adelante, en cada una de tus horas laborales te sientas pleno y feliz.
A buscar nuestro Ikigai. ¡Hasta el siguiente post!
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