¿Buscamos iguales en el trabajo?
Es natural que elijamos nuestro círculo de amigos o las personas con las que convivimos de acuerdo con la afinidad que tenemos con ellas. Este comportamiento se denomina sesgo de similitud o afinidad y es un efecto psicológico que nos ayuda a adaptarnos a nuevas situaciones: se activa el instinto de supervivencia.
Cuando el cerebro reacciona de esta manera se pierde la objetividad y se tiende a favorecer a determinadas personas, pues comparten alguna característica con el entrevistador o jefe, ya sea porque se parecen a alguien o porque provienen de la misma ciudad o universidad.
¿Es común ver el sesgo de similitud?
La respuesta es sí. Esto es porque es más cómodo lo que nos resulta similar o familiar. Por ello vemos primero las virtudes y luego los defectos en nuestros símiles, actuando al contrario con quienes no nos identificamos.
Se vuelve delicado al elegir a una persona sólo porque nos identificamos con ella, pues aumenta la posibilidad de que le demos el empleo o el ascenso a alguien que, quizá, todavía no tiene la experiencia, el grado de compromiso, ni conoce bien el proceso o incluso no es tan capaz de asumir la carga de trabajo.
¿Cómo afecta el sesgo de similitud en el trabajo?
En el tema laboral, se calcula que puede afectar al 78 por ciento de las decisiones cuando se selecciona personal para diversas tareas (contrataciones, promociones, entre otras), lo que puede generar bloqueos en los ámbitos de innovación y crecimiento.
El reporte Workplace Diversity Reporting, elaborado por Namely, menciona que se tiende a premiar y seleccionar personal del mismo género y color de piel. Este estudio calcula que el 84% de las personas blancas tiende a tener jefes de piel blanca; situación que se repite, por ejemplo, con latinos (25%).
Esta situación puede crear un entorno de silencio donde no hay diversidad de ideas ni retroalimentación, perdiendo la oportunidad de innovar y también la capacidad de solución de conflictos.
¿Cómo evitar el sesgo de similitud?
Los sesgos en el trabajo son tan naturales, que a veces no nos damos cuenta de que los experimentamos. Pero específicamente en el sesgo de similitud, existen varias estrategias que ayudan a reducirlo:
Hacer conscientes de los sesgos
El gran primer paso es conocer que existe éste y otros tipos de sesgos, y que hay grandes probabilidades de caer en ellos. Si existe esta tendencia, es mejor hacer un equipo con otros compañeros para analizar a candidatos desde distintas perspectivas.
Optar por el reclutamiento a ciegas
Este tipo de reclutamiento resalta las habilidades, conocimiento y experiencia de los candidatos, sin que la edad, sexo o apariencia influyan.
Hacer entrevistas estandarizadas
Este tipo de entrevistas se caracteriza por su imparcialidad, ya que se utiliza un mismo cuestionario para todos. Así, es posible evaluar de manera más objetiva las reacciones o respuestas de los entrevistados, logrando una selección más adecuada.
Implementar la evaluación de habilidades
Esta prueba no sólo puede ayudar a la selección de un candidato, sino también ser funcional cuando es necesario otorgar un ascenso y así hacer el proceso más transparente y sin sesgos.
Los beneficios de la diversidad
Un equipo de trabajo donde existe la diversidad es más resiliente y creativo. De acuerdo con un estudio de Boston Consulting Group, los equipos diversos logran 19 por ciento de más ingresos por su capacidad de innovación.
¿Conocías el tema del sesgo de similitud? ¿Lo has experimentado? Cuéntame qué opinas del tema, me gustaría conocer tu experiencia, así que te leo en los comentarios.
Recuerda que cada jueves tengo una entrada nueva. ¡Hasta el siguiente post!
Imagen: pexels.com/Karolina Grabowska
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